Pensamientos poéticos

Abrázame Dame un abrazo que estruje el alma y que llegue tan dentro de mi corazón que se quede allí instalado. Un abrazo de esos que laten con el pulso de la vida Que haga temblar al cielo Que se escuche… Que se saboree… Que se note… Que no sea un leve tacto en la piel. Que se sienta tanto que el sol tenga envidia de nuestro calor. Dame un abrazo que calle mis heridas, que haga explotar las penas y estalle en alegría. Un abrazo que consiga detener el reloj durante el tiempo que dure esa sensación de estar solos tú y yo en el mundo, para que ese momento sea eterno por un instante. Abrázame fuerte… Abrázame… No quiero más que eso, simplemente que me abraces.

Mi princesa Te veo sonreír y se me ilumina el alma. Te veo sonreír y el corazón se me ensancha. Es tenerte entre mis brazos y no parar de ser feliz. Tu mirada tiene magia, me pierdo en ella y en tus ojos de caramelo. Dicen que una mirada vale más que mil palabras, pues tu mirada no es que valga más que mil palabras, es que tu mirada tiene un valor infinito. Tu mirada tiene el valor del alma. Eres tierna, cálida, mi dulce niña. Escuchar tu risa es sentir la paz Instalándose en mí. Te quiero y te adoro tanto… Que sería de mi despertar sin ti. No sería tan especial, tú lo haces bello. ¡Como vas creciendo mi princesa! Ya pronto cumplirás un añito. Eres un regalo del cielo y por ti merece la pena vivir. Bendita seas mi vida…

Entonces cerró los ojos... Jugaba a saltar de nube en nube, en alguna se tumbaba boca abajo y observaba la tierra... que hermosa se veía desde allí arriba. Otras veces, cuando una nube lloraba, se sentaba en ella y la consolaba hasta que no le quedaba ni una lágrima. Cuando tenía frío, llamaba al sol, ... él la abrazaba y sentía su calor. En ocasiones algún ave sobrevolaba el cielo azul, ella con alegría viajaba a lomos suyo y podía sentir... la libertad. Una noche, mientras se acunaba en el regazo de la luna a observar las estrellas, cuando vio la suya, sonrió, la cogió con sus manos, la atrajo hasta su pecho y el astro brilló mas que nunca.